
Este postre francés clásico lleva solo tres ingredientes, manzana, azúcar, y una capa delgada de pasta brisa. Si quieres puedes sustituir la pasta por un poco de masa de hojaldre extendida muy finamente.
- 3 manzanas
- 100g. Azúcar
- 200 g. Harina floja
- 75 g. Mantequilla
Enciende el horno a 180º
Haz una pasta quebrada. Pon la harina y mantequilla en un cuenco y empieza a trabajar la mantequilla hasta deshacerla entre los dedos. Cuando forme migas pequeñas, añade una o dos cucharadas de agua hasta formar una masa. Reserva la masa en la nevera mientras preparas la fruta.
Pela y corta las manzanas en cuartos. Pon una sartén con mango de hierro o una fuente resistente al calor sobre un fogón, funde el azúcar lentamente hasta que forme un caramelo; coloca la fruta muy junta sobre el caramelo de forma que al girar quede con buena presentación. Tapa la fruta y deja cocinar a fuego lento durante 10 minutos, hasta que la fruta esté cocida. Apaga el fuego.
Saca la masa de la nevera. Extiéndela sobre una superficie limpia y enharinada. Dale forma mas o menos redonda, un poco mas grande que la sartén o la bandeja donde están las manzanas.
Coloca la masa sobre la fruta, mete los bordes de la masa por todo el contorno de la fuente. Introduce la tarta en el horno durante 30-40 minutos, hasta que la masa esté bien dorada. Saca el tatín del horno. Déjalo enfriar un poco.
Con ayuda de un plato gira el tatín para que la fruta esté encima de la masa. Sirve con helado de vainilla.
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