Estos pastelitos son adictivos. Yo los conocía por un restaurante de Londres. Por fin he conseguido aproximarme a la receta original.
Lo que hace el plato tan especial es la combinación de sabores y texturas, cuando se sirve la patata con un chutney dulce y una salsa de yogur con menta.
Abajo doy una receta para un chutney casero. Por supuesto también puedes usar chutney comprado.
Se sirven como entrante o aperitivo.
Ingredientes:
- 2 patatas grandes hervidas
- 1 taza de guisantes descongelados
- 1 cucharada de curry en polvo
- 1 x 1cm genjibre fresco rallado
- 1 diente de ajo machacado
- sal y pimienta
- harina para rebozar
Aplasta las patatas con un tenedor hasta que sean un puré fino, mezcla con un poco de sal.
Divide en 10 partes iguales.
Pon 2 cucharadas de harina en un plato hondo.
Con las manos límpias, toma una porción de patata del tamaño de una nuez, forma una bola y haz un hueco con el pulgar en el centro para acomodar una porción de guisantes, cierra el pastelito con cuidado para que los guisantes queden en el centro. Aplasta un poco formando un pastelito redondo de 1,5 cm de altura. Pásalo por la harina.
Haz lo mismo con el resto de la patata y guisantes. Coloca los pastelitos en un plato y reserva en la nevera hasta que los vayas a freir.
Fríelos durante 3 minutos por cada lado y sirve con un chutney dulce y una salsa de yogur.
Para el chutney de manzana: (hazlo de igual forma con pera o tomate)
- 2 manzanas pelada y troceada
- 1 cebolla pelada y picada
- 1 cucharada de te de curry
- 1 cucharada de café de sal
- 100 gr azúcar
- 1 vaso de vinagre de manzana
Para la salsa de yogur mezcla:
- 1 yogur griego
- un puñado de hojas de menta frescas, picadas
- una pizca de sal
No hay comentarios:
Publicar un comentario